Nací en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina, en noviembre de 1970. Crecí en una familia típica de inmigrantes italianos de clase media, me crié entre abuelos y muchos primos, en una casa grande con parra, limoneros y mascotas. Desde muy pequeño tuve una sensibilidad extraordinaria y un marcado interés por temas poco usuales para un niño de mi edad, lo cual me convertía en un niño “raro”. No ligaba con los otros niños, no me interesaban sus temas  y, entre los adultos era el niño que hacía esos planteos que incomodaban, el que formulaba esas preguntas "políticamente incorrectas".

Las Pirámides de Egipto fueron mi gran y primer conexión con lo esotérico y con lo metafísico, con lo inusual y lo extraordinario. Activaron memorias ancestrales en mí y ello intensificó mi desapego con los temas comunes de la  vida y encendió un sentimiento de nostalgia por "mi hogar", un sitio que no estaba en este mundo. Lo paranormal me atraía de manera mágica y natural a la vez.  El sentimiento de no encajar con mis pares, de no ser "normal", me mantuvo en una especie de ostracismo el cual era interpretado por mi familia como una simple característica de una personalidad introvertida.

Cuando tenía 11 años de edad, mi madre, cansada de chocar conmigo y con mi visión inusual del mundo, decidió que juntos realizáramos el Curso de Control Mental método Silva. Por alguna razón ella pensó que eso aliviaría nuestra relación. Pero grande fue la sorpresa de ella cuando una de esas tardes, en las que estábamos haciendo el curso, la mujer que lo impartía, de quién lamentablemente no recuerdo su nombre, luego de una meditación me dijo: "Nicolás, sabes que eres especial, vienes con una tarea y estas acompañado por seres que no son de aquí... esos seres me han pedido que te dijera ahora que no tengas miedo, que ellos están contigo y esta noche se conectarán como suelen hacerlo."

Mi madre no sabía si ponerse contenta o si preocuparse aún más, pero esto sirvió para que me mirara con otros ojos. Esa noche no pude dormir, usualmente no podía dormir pues percibía compañía, no sé si era buena o mala esa presencia, pero, el hecho de percibir alguien o algo "vivo" pero invisible era incómodo y molesto.

La Palabra... desde pequeño la escritura fue el medio de expresión natural y la Palabra fue y es el fruto de mi Don. La cualidad revela el próposito, cualidad y propósito son como el cóncavo y el convexo. En este espacio web y en otros, además de los libros publicados, las charlas y talleres, podrás encontrar La Palabra.  Las Palabras son semillas que se siembran en tu Ser para que germinen y den sus frutos: sabiduría. Sirvan, entonces, mis palabras, la semilla que he venido a sembrar, como estímulo de Vida en tu vida, que así sea.

En las charlas, cursos y talleres la intención no es implantar una nueva idea en lugar de las viejas ideas, no es decirte qué debes hacer, qué es lo bueno y qué lo malo... Te doy las herramientas, el conocimiento y la visión para que tu construyas tus ideas comprendiendo los elementos de que dispones y el contexto en el que vives y cómo la naturaleza terrenal y la Divina actúan en tí e interactúan entre sí. En estos encuentros, comprenderás la naturaleza terrenal, el Balance Masculino Femenino, la constitución de las Ideas y el poder de la Mente como instrumento creador de realidades; comprenderás el mandato natural que tienes con el planeta y el cual te impulsa y condiciona a través del instinto a cumplir determinadas exigencias. Comprenderás que no todo lo que expresas tiene origen en tí, y entederás el origen y el interés de las voluntades que a través tuyo se manifiestan. Comprenderás la Naturaleza Divina, tu relación con el TODO y cómo ésta se manifiesta en tí, y, sobre todo, hacia dónde nos lleva todo esto...